El universo nunca está quieto, siempre fluye, nada es permanente. El tema no es la naturaleza, sino su fuerza y sus movimientos sutiles, que apuntan a las mutaciones desconcertantes de la Creación y a su armónico orden.
El universo nunca está quieto, siempre fluye, nada es permanente. El tema no es la naturaleza, sino su fuerza y sus movimientos sutiles, que apuntan a las mutaciones desconcertantes de la Creación y a su armónico orden.